El futuro es de los editores
Hace poco vi un deepfake de AI con el entrenador del equipo de fútbol de Inglaterra insultando a sus jugadores. Casi me lo creo, muchos sí lo hicieron. Estamos cada vez más cerca de vivir en un mundo en el que será imposible creer lo que vemos u oímos en internet o las redes sin un trabajo previo de investigación y validación. Pero ¿quién tiene tiempo de hacer eso?
A ver, que esto ya ha pasado antes. La razón por la que solíamos creer la información publicada en un diario y no la de un panfleto que nos alcanzaban en la calle es porque los diarios tenían cierta reputación, periodistas, editores, un código de ética. Tenían. Lamentablemente muchos diarios se dejaron llevar por el clickbait y el sensacionalismo cuando internet despegaba como fuente de noticias y ahora tampoco es que sean tan confiables todos. Pero la idea es esa.
El mundo va a necesitar expertos curadores de información, feeds a los que puedas creer, fuentes de confianza. Y ya no serán los diarios o las fuentes oficiales del gobierno, no se les puede creer ya. Probablemente sean individuos, los nuevos influencers, personas a las que uno seguirá porque sabe que lo que dicen ya pasó por un proceso de validación.
Una de las cosas que más escucho y leo cuando se habla de cómo los nuevos servicios de AI (Gemini de Google, Copilot de Microsoft, Perplexity, etc.) priorizan darte respuestas directamente versus resultados de búsqueda es:
“Pero si ya nadie le va a dar clic al enlace del contenido, ¿cuál es el incentivo para los creadores de contenido en seguir creándolo?”
Es decir, que el futuro de los servicios de AI está condenado porque en algún momento, se quedarán sin contenido nuevo que asimilar, víctimas de su propio éxito.
Pero algo que se les escapa a los que dicen esto, es que ya están acostumbrados a este fenómeno de los creadores de contenido, el SEO y todo lo que nos trajo Google. Antes de la revolución de internet, ya existía un modelo similar y funcionaba: las enciclopedias y las editoriales.
En efecto, antes del internet existían fuentes “confiables” de información a las que todos recurrían. ¿Y de dónde sacaban información estas fuentes? Pues, ellas mismas tenían un equipo de personas que la generaba.
Si la revolución del AI realmente sucede (que ya no es tan seguro), yo veo un futuro cercano en el que Perplexity o Copilot sean las nuevas Britannica o Encarta. Cada una de ellas generando todo el contenido propio… y con un declive de creadores de contenido independientes.
¿El medio? Espero que no sean ya las redes sociales. Espero que sea RSS o algún estándar abierto.